miércoles, 31 de diciembre de 2008

MEMORIA HISTÓRICA


El molino ahora propiedad de los hermanos Pesquera García del término municipal de Membibre de la Hoz, en Segovia. Llamado molino del pueblo esta situado en la carretera de Aldeasoña cuyo registro de aprovechamiento de aguas públicas del arroyo de la Hoz se encuentra en los expedientes de la comisaria de aguas del Duero y el de propiedad en el registro de Cuellar data de tiempo inmemorial y en el se viene fabricando harina desde 1138 tiempo en el que Alfonso VII paseaba por estas tierras segovianas según la documentación recogida por don Justo Hernansanz Navas en su libro Fuentidueña y su Alfoz impreso por Graymo,s.a. En el que hace referencia a los décimas que cobraba del producto de los molinos de Membibre destinado al cabildo de don Pedro de Agen obispo de Segovia, francés, que levanto por esos entonces la catedral. Aunque ya existían referencias en la colección de documentos de la catedral de Oviedo, y que supone la primera noticia de repoblación de las tierras de Fuentidueña durante el siglo XI , donde señala que en el año 1089, Alfonso VI dio a María Peláez heredad en el Alfoz de Muñó a cambio de una villa llamada Benvivere.

Esta industria ya en explotación seguramente cuando fueron repobladas en los tiempos de la reconquista, tras la invasión musulmana, cuando Gonzalo Téllez acompañó al rey García I y a las tropas castellano leonesas, al inicio de la reconquista de La rioja al cual le sorprendió la muerte en el año 914.
Gonzalo recibió de su cuñado el territorio de Sannoual acompañado entre otros por el rico Bivere de Gorbea, sobrino del obispo de Velegia, pariente del propio Gonzalo, que se quedo en Membibre, topónimo derivado de Benebivere.
Antes se le denominaba Bebigure, acaso corrupción de Biberuri. La terminación ur uri en euskaro significa villa o pueblo.

El nombre de Benebivere se impuso al de Bebigure hacia los años 1095 y posteriormente este lugar es noticia a raíz de una Bula del Papa Calixto en 1123, donde se dan los limites de la recién creada diócesis de Segovia donde se cita a Bebigure. Es en 1130, fecha en la que el obispo Raimundo tambien habla de Membibre, cuando ratifica la cesión de estas aldeas al obispo de Segovia.


Es de composión árabe y acaso venga de Beni-Bivere, hijo de Bibere, a la manera de Beni-Gómez, hijo de Gómez; Beni-Casin, hijo de Casin y otros.
En estos años influyo tanto el árabe en nuestros pueblos que ciertos personajes lo usaron como idioma familiar; tal fue el conde Pedro Ansúrez, dominante en nuestros pueblos, que se entendía a la perfección con los musulmanes.

Aunque no podemos por menos que remontarnos a tiempos celtiberos con los vacceos que llegaron a la cuenca del Duero a manos del jefe Vaccius. Epoca de la que se encuentran restos de cerámica visigoda en este pueblo que contactarían con los romanos y que en la segunda mitad del siglo II a. De C. Señalan itinerarios por este alfoz que construirían la primera ubicación de nuestro molino conocido es que ya en estos tiempos se molían las harinas de los trigales plantados por nuestros antepasados.

En Castilla, debido a su configuración geográfica, se desarrolló una importante industria molinera. Los molinos ocuparon lugares muy pintorescos al lado de los numerosos riachuelos que discurren por sus valles. Esta industria tomó gran auge con el cultivo del maíz, procedente de América, a partir del s. XVII.
Las primeras referencias de la sustitución de la fuerza humana o animal por la fuerza hidráulica, como fuente de energía para el funcionamiento del molino, la encontramos escrita por Antipates de Salónica, que en el año 84 a. C. ya nos habla de un molino de agua de rueda horizontal. Vitrubio, en el año 25 a. C. descubre la existencia de la rueda vertical movida por agua y aplicada a la molturación del grano.
Es sabido también como en Castilla, la sustitución de la fuerza humana por la hidráulica no se produce hasta la Edad Media, y más concretamente en los siglos XI y XII, momento éste en el que la geografía comienza a cubrirse de pequeños molinos, que aprovechan la energía hidráulica de los numerosos arroyos y regatos, que permiten a nuestros campesinos conseguir la energía necesaria para moler sus cereales sin una gran inversión.

1 comentario:

Anónimo dijo...

la pagina esta de lujo esto es lo que tienen que apoyar las administraciones